De Matamala a Matapeor

No suelo hacer críticas negativas de restaurantes, pero quizá ha llegado el momento de empezar a hacerlo. Si tuviéramos que hacer un ranking de los 10 locales de Barcelona a los que no recomendaríamos volver, Matamala , en Rambla Catalunya 13, sin duda, sería uno de ellos.

Quizá será defecto profesional, ya que suelo tratar con clientes en mi día a día y siempre intento cuidarlos y darles el mejor servicio, que es el que se merecen. Lo reconozco, espero el mismo trato cuando yo estoy en posición de cliente… pero no creo que esté siendo demasiado exigente, os aseguro que nunca me había encontrado con tantos camareros en un local y al mismo tiempo me había sentido tan sola.

Nada más entrar en el restaurante nos intentaron “colocar” en las mesas escaparate de la entrada, con la excusa de que a los guiris les gustan más, intentaban así utilizar el viejo truco de situar a la gente en la entrada para que el local se viera más lleno. Dos: no tienes un camarero, ¡Tienes muchos! ¡O ninguno! Depende de quién pase por tu lado será el que te atienda, uno para la bebida, otro para pedir lo que vas a comer, otro para los postres, el primero que te había atendido para los cafés, y el que consigas encontrar para pedir la cuenta. Tres: Estuvimos 20 minutos de reloj para que nos cobraran, y Cuatro: La cuenta es desproporcionada, la calidad es buena pero ¿el precio? excesivo.

Eso sí, la decoración muy bonita.

A mi no me van a volver a ver el pelo por allí, os lo aseguro, resulta que intento disfrutar de una noche de otoño en un lugar bonito en el centro de Barcelona  y ¿me encuentro este trato? A veces pienso que los restaurantes no son conscientes de lo que tienen entre manos… Y ahora con las redes sociales tendrían que ser todavía más sensibles.

¡Ah me olvidaba! No nos dijeron ni adiós cuando nos marchábamos. Ya no sé cuantos puntos negativos llevamos…